Esta vez, el jefe del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Aristóteles Núñez, alertó que al decretar el aumento del salario mínimo de golpe, se iniciaría "una dinámica perversa" como hace 30 años, cuando había escaladas inflacionarias y el poder adquisitivo se perdía de tajo.
Luego de participar en el Foro Expo Crece tu Empresa, organizado por el ITAM, el funcionario dejó claro:
"Debe aumentar el salario mínimo pero con un incremento del poder adquisitivo con el ánimo de que se genere una buena dinámica y no una dinámica perversa".
Para Núñez "eso sólo se logrará con una mayor productividad y rentabilidad porque si el trabajador logra ser más productivo y el patrón se lo reconoce, habrá un incentivo para que tenga un mayor salario".
Eso sí, el jefe del SAT señaló que la fijación del salario mínimo debe ser un indicador de productividad, respecto al aporte que cada trabajador haga a la empresa. Es decir, que el incremento de los ingresos de los trabajadores no necesariamente es vía el salario mínimo.
El problema es que la productividad del país no crece lo suficiente para poder elevar los salarios y en dado caso de que despegue, llevaría años para que los salarios recuperen su poder adquisitivo.
De acuerdo con el Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), al sumar las tasas de crecimiento de la productividad desde 1991 hasta 2009 en México, se observa que la tasa acumulada alcanzó apenas 2.1%. Esto implica que lo que produce un trabajador mexicano en los últimos 18 años ha crecido mínimamente.
La situación es grave comparada con otros países similares al nuestro. En Corea del Sur la productividad creció de manera acumulada en el mismo periodo un 82.8%, mientras que Irlanda lo hizo a un ritmo de 64.2%.
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