El cáncer de próstata se
ha vuelto muy común en hombres mayores de 75 años, así como en los menores de
40, ya que algunas veces no presenta síntomas, que de no atenderlo a tiempo se
complica y es causa de muerte, por lo que se debe tomar en cuenta la edad, el estado de salud general y
expectativa de vida.
Generalmente crecen muy
lentamente y puede que nunca causen problemas médicos cuando es benigno, pero
en el caso de ser maligno puede volver a presentarse, de ahí la importancia de
un estudio y tratamiento adecuado, dijo el supervisor de medicina familiar del
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Jaime Antonio Valdiviezo Velázquez.
Explicó que esta
enfermedad empieza en la glándula prostática, es una pequeña estructura del
tamaño de una nuez que forma parte del aparato reproductor masculino y rodea la
uretra, el conducto que transporta la orina fuera del cuerpo.
Informó que las personas
más propensas son las que cuentan con tendencia hereditaria, es decir, que su
papá lo haya padecido, aquellos que consumen mucho alcohol, granjeros, cuando
ingieren muchas grasas de tipo animal, obesos, pintores, pero menos común en
los que consumen vegetales.
Recomendó que si sufre en
la demora o lentitud para orinar, goteo o escape de la misma, chorro lento,
necesita de esfuerzo para hacerlo o no vacía por completo, sangre en la orina o
el semen, es necesario acudir con su médico familiar para empezar el análisis.
Entre los métodos de
antígeno prostático, existe el examen de sangre para observar un marcador
natural contenido en la sangre, de cuya elevación depende si hay prostatitis,
si es un crecimiento benigno o se trata de un cáncer maligno y el tacto rectal.
El tratamiento puede ser
médico o quirúrgico, según la severidad y características del caso, la cirugía
de próstata es relativamente sencilla y que desde el punto de vista sexual no debe existir
ningún cambio, aunque eventualmente si puede dañarse algún nervio, lo que puede
ocasionar alteración en la erección
Valdiviezo Velázquez, detalló
que cuando el cáncer se ha diseminado pude haber dolor o sensibilidad ósea, con
mayor frecuencia en la región lumbar y los huesos de la pelvis, pero sin
olvidar realizarse chequeos de rutina constantemente.
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