Para muchos pacientes
crónicos o terminales los trasplantes son la única alternativa de vida, de ahí
la importancia de fomentar una cultura de donación de órganos para dar a los
pacientes en espera una oportunidad de vivir.
Al celebrarse este 6 de
junio el Día Mundial de los Pacientes Trasplantados, el jefe delegacional de
Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en
Chiapas, Manuel de Jesús Villalobos Flores, dijo que el instituto trabaja para
fomentar en la población una cultura de donación en forma voluntaria.
Explicó que el proceso es
muy fácil, solo se debe tomar la decisión y comunicarlo a su familia para
tratar de que sea respetada, pudiendo ser de toda persona viva o muerta sin
importar la edad, sexo, etnia o religión.
Entre los órganos trasplantables
se encuentran: el corazón, pulmones, hígado, riñones, páncreas, intestino,
tejidos como las córneas, piel, huesos, vasos sanguíneos, válvulas cardiacas,
cartílagos, tendones y nervios.
Explicó que un trasplante
es un tratamiento médico complejo que consiste en trasladar órganos, tejidos o
células de una persona a otra, la parte reemplazada asume la función de la
dañada, salvando la vida o mejorando la calidad de su salud.
Cuando el donante y
receptor son el mismo individuo no existe ningún problema con la incompatibilidad,
porque el injerto y el receptor son genéticamente idénticos, como ejemplo se
incluyen el de piel o médula ósea.
Al ser individuos
distintos, pero genéticamente idénticos -como los gemelos- tampoco existe riesgo de rechazo; pero cuando
son distintos se debe tomar en cuenta la inmunoincompatibilidad entre donante y
receptor para evitar el rechazo, ya que puede seguir tomando medicamentos para la
aceptación del órgano o tejido injertado.
Hablando del donante vivo
y para que pueda sobrevivir después del procedimiento, se debe considerar que
el órgano sea renovable o no esencial para su vida, los riñones en un ejemplo
claro, ya que poseemos dos y casi todas las personas pueden seguir su vida normal
con uno solo.
En caso de fallecimiento
por muerte encefálica, los órganos se mantienen vivos hasta el trasplante
mediante técnicas de ventilación artificial, permitiendo que el corazón siga
latiendo o irrigando los órganos a ser requeridos, en cambio cuando se trata de
un paro cardiaco, sólo se pueden extraer algunos tejidos.
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